VINOS CON SABOR UNICO
Antecedentes Históricos del Envejecimiento Del Vino en el Mar
El envejecimiento de bebidas sumergidas en el mar tiene su origen en las botellas de diferentes bebidas (vino, champagne, destilados…) encontradas en bodegas de barcos naufragados hace décadas e incluso siglos que, tras su degustación, se ha podido comprobar que seguían presentando unas características sensoriales aceptables tras períodos de tiempo tan largos bajo las aguas del mar.
Un ejemplo de lo anterior lo constituyen las periódicas subastas de botellas encontradas en barcos naufragados, como la que tuvo lugar no hace mucho tiempo, en septiembre de 2011, en Singapur, en la que, según se puede leer en varias páginas de internet, se vendió una botella de champagne recuperada en el 2010 en el mar Báltico. Dicha botella, cuya antigüedad se estimó en 170 años, fue vendida por 40.000 dólares y, a tenor de los comentarios referidos por los enólogos que la evaluaron, las características organolépticas, siendo diferentes a lo que se podría esperar de un champagne, eran adecuadas.
En 2014, Veuve Clicquot lanzó el proyecto “Una bodega en el mar”. Como bien indica su nombre se trata de una bodega bajo el mar, a 42 metros de profundidad, donde envejecer el champagne en condiciones naturales. El proyecto consiste en la colocación de diferentes vinos (una selección de Yellow Label, Vintage Rosé 2004 y Demi-Seco), en diferentes tipos de envases. Los vinos se mantendrán bajo constante observación y se someterán a pruebas de laboratorio durante cincuenta años.
El Mediterráneo es la cuna de las bodegas sumergidas. En Grecia, en la bella isla de Santorini, la bodega Gaia Wines tiene sus jaulas metálicas llenas de botellas de vino Thalassitis, elaborado con la noble uva Assyrtico, a una profundidad de 25 metros durante al menos 5 años.
En Croacia, en cambio, se opta por un método algo más «vintage». La bodega Edivovino coloca sus botellas de vino en ánforas de terracota y las deja reposar en el fondo marino durante 1-2 años.
El Château Larrivet Haut-Brion francés, por su parte, ha hundido parte de sus preciados vino de Burdeos en las profundidades del Océano Atlántico.
Y en Italia el pionero de las bodegas bajo el agua fue Piero Lugano, propietario de la bodega Bisson de Chiavari. En 2009, Lugano colocó 6.500 botellas de vino espumoso Abissi en el lecho marino del Golfo de Portofino. Hoy en día hay más de 30.000 botellas de su Reserva Marina di Portofino. En Cerdeña, la Cantina Santa María La Palma en Alghero tiene su DOC Vermentino descansando en la hermosa Área Marina Protegida de Capo Caccia.
En España tampoco hemos perdido la oportunidad de utilizar el mar como bodega. El hotel Cala Jóncols es pionero en España en envejecimiento de vino submarino, un proyecto que comenzó en 2009. Viña Maris se ha sumado a las bodegas bajo el mar con sus vinos, tanto vino blanco como vino tinto, en botellas selladas a 30 metros de profundidad en Calpe, cerca de Alicante.
Las Bodegas Luis Pérez, en Jerez de la Frontera (Cádiz), cuentan con Garum Submarino, el primer vino bajo el mar elaborado en Andalucía. En el País Vasco, más concretamente en Plentzia, existe también un laboratorio que estudia el envejecimiento de los vinos bajo el agua: el Lseb – Laboratorio submarino envejecimiento bebidas.
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